Aunque estaba en ayunas, no quise probar bocado, todavía con el asco de aquél monton de muertos que estaba en los patios de la hoy Plaza de la Constitución.

Luego, vimos el cadáver del Gral Bernardo Reyes, que estaba primero en las puertas de palacio, para ser recogido de ahí, y llevarlo junto con otros cadáveres en los corredores bajos de Palacio.

El Capitán Carreras nos platicó entonces que se había practicado la ejecución, en el jardín del SEnado, del Gral. Gregorio Ruiz, y 15 aspirantes. POsteriormente, vi, que a caballo y levantando la diestra en forma de arenga o de saludo, llegaba a Palacio Nacional, el Presidente Madero, aclamado por una multitud que le seguía y resguardado ppor cadetes del Colegio MIlitar. Esa misma tarde saldría rumbo a Cuernavaca. Todos creyeron que después del levantamiento, el gobierno recobraría sus plenos poderes; la noche comenzaba a caer sobre la ciudad llena de zozobras y de presagios funestos, mientras que en cientos de hogares se lloraba la ausencia de los seres queridos que nunca volvieron a ver, caidos anónimamente en aquella matanza, entre las fuerzas leales y las sublevadas.

También tuve noticia que en la prisión de Santiago Tlaltelolco, había ocurrido una lucha terrible entre reos y guardianes, aquellos emprendían la fuga y eran cazados una vez que salían del edificio.

El jardín de la Plaza estaba sembrado de cadáveres de los prófugos. El interior de la prisión estaba obscuro, y el exterior ardía, las balas habían roto los cables de energía eléctrica.

Todo genero de calamidades sufrio en aquellos diez dias, siguientes a la insurección de los aspirantes de Tlalpan,  la capital de la República. Los señores Madero y Pino Suárez permanecían presos en el interior de Palacio, ¿Cómo y cuando se terminaría con el martirio de la población?

El cañón seguía tronando, mientras en las sombras en el sigilo impune, se realizaba un plan, para matar al Presidente de la República, ello mediante un Pacto, llamado «de la embajada», pues se elaboró con el conciliabulo del embajador Lane Wilson – de Estados Unidos- .

Finalmente, como hemos narrado en artículos pasados, Madero y Pino Suárez fueron ultimados, subiendo a la presidencia el Gral. Victoriano HUerta, de triste memoria… de todo esto platicaremos, algún día, con detalle, pero por lo pronto damos por terminadas nuestras aportaciones en word press.

Hasta luego.

Guillermo Zayas